La familia de plantas Cucurbitaceae (cucurbitáceas) nos aporta un gran número de especies con frutos comestibles muy demandados como la calabaza, melón, sandía o pepino, entre otros. También encontramos plantas menos conocidas pero que producen frutos igualmente comestibles, como es el caso de la calabaza Cucurbita ficifolia.
Este tipo de plantas son muy comunes en Sudamérica, lugar de procedencia y mayor consumo. Variedades tradicionales aún se conservan como el primer día o han sido mejoradas naturalmente mediante cruzamientos.
La popularidad de esta calabaza conocida como chilacayote, entre otros nombres, se debe a la facilidad de su cultivo incluso en condiciones de falta de agua. Sin embargo, a nivel nutricional, nos aporta un propiedades muy parecidas a las frutas más conocidas y globalizadas de esta familia de plantas.
Características de la calabaza cidra (Cucurbita ficifolia)
Se conoce científicamente como Cucurbita ficifolia, siendo una cucurbitácea cultivada por sus frutos comestibles y que tiene cierta importancia especialmente algunos países de Sudamérica. La calabaza cabello de ángel, como también se conocida, se cultiva en zonas más frías y con menos disponibilidad de agua, donde no se consiguen altas producciones de melón, sandía o pepino, dado que necesitan mayor temperatura y consumo de agua.
Nombres comunes: calabaza cidra, chilacayote, calabaza cabello de ángel, lacayote.
Dentro de las características morfológicas de la planta, se reconoce por ser una especie trepadora que produce frutos grandes (pueden superar los 30 cm de longitud y varios kg de peso), flores amarillas y semillas de color café oscuro.
Los usos actuales de Cucurbita ficifolia están basados en casi su totalidad a la alimentación, aprovechando también las partes verdes (hojas y tallos) para forraje animal. Es habitual usar esta planta como patrón, dado que otorga una mayor tolerancia a suelos con menor temperatura y mayor producción.
Guía para cultivar calabaza cidra (Cucurbita ficifolia)
Climatología
Todas las especies cucurbitáceas y, en concreto, Cucurbita ficifolia, están acostumbradas a climas cálidos, con un régimen de temperaturas superior a los 15 ºC, zonas húmedas y tropicales.
Esta planta necesita temperaturas cálidas y humedad ambiental por encima del 70% para encontrarse en plenas condiciones de producción. La temperatura ideal está comprendida entre los 18 ºC y los 25 ºC.
En cuanto a iluminación, necesita mucha luz, pero se intenta proteger del Sol directo para evitar quemaduras en las hojas y que se reduzca en eso la humedad ambiental en la zona foliar.
Suelo
Cucurbita ficifolia está acostumbrada a crecer en zonas de suelos fértiles, húmedos, con buen drenaje y de tipo fértil. Es muy importante contar con un buen aporte de materia orgánica (entre 3 y 4 kg/m2), manteniendo la humedad constante y evitando encharcamientos.
El pH ideal es ligeramente ácido, con total disponibilidad de micronutrientes, con textura franco o franco arenosa.
Riego
Es necesario mantener una humedad constante en el suelo durante todo el periodo de crecimiento, especialmente durante la producción de frutos. Los riegos deben ser frecuentes y con una periodicidad suficiente para evitar que se seque el suelo entre riego y riego.
Básicamente es mantener una capacidad de campo durante toda su etapa de crecimiento, evitando en todo momento que se acumule el agua y favoreciendo un buen drenaje.
Riegos de 30 a 40 minutos y aportes de 2 a 3 L/m2 en condiciones de calor y en planta adulta.
Abonado
Cucurbita ficifolia, al igual que el resto de plantas cucurbitáceas, es exigente en nutrientes durante todo su periodo. Esta planta trepadora produce muchos brotes y hojas y frutos de gran calibre, por lo que exige alta demanda en nutrientes como nitrógeno, potasio o calcio, entre otros.
Es importante abonar durante todo el periodo de desarrollo y aportar materia orgánica para mejorar las características del suelo. En general, de 3 a 4 kg/m2 cada 2 o 3 años.
Si aplicamos fertilizantes convencionales, una sugerencia de aplicación por riego puede ser la siguiente:
- 1,5-2 kg/1000 m2 nitrato cálcico
- 2-2,5 kg/1000 m2 de nitrato potásico
- 0,75-1 kg/1000 m2 fosfato monoamónico
Multiplicación
La forma más fácil de multiplicar Cucurbita ficifolia es mediante multiplicación por semillas. Al igual que sucede con el melón, pepino o sandía, se siembra en macetas o semillero con sustrato de fibra de coco y en condiciones de temperaturas cálidas (18 ºC-22 ºC).
Mantenimiento general
La calabaza cidra es una especie trepadora. Se puede cultivar de forma rastrera, como el melón o sandía, o elevarla mediante tutores, como es el caso del pepino. Si tenemos un suelo muy húmedo, lo mejor es utilizar tutores, aunque la forma más fácil de plantarla es directamente en el suelo, pudiendo colocar un mantillo protector de paja u hojarasca.
Plagas y enfermedades
Plagas
Las plagas habituales de la calabaza cidra son comunes en la familia de las cucurbitáceas. Es habitual que se vea afectado, especialmente en condiciones climáticas de calor, por los siguientes insectos:
- Pulgón: se localizan en la parte superior de la planta o brotes nuevos, succionando la savia y debilitando a la planta.
- Trips: se localizan en las flores y dañan los frutos recién cuajados.
- Mosca blanca: insectos voladores pequeños y de aspecto blanco localizados en el envés de la hoja que succionan la savia.
- Ácaros: aparecen en condiciones de baja humedad ambiental y temperaturas altas (>25 ºC).
Todas estas plagas requieren de tratamientos foliares, pudiendo utilizar soluciones ecológicas como el jabón potásico o piretrinas naturales.
Como le afectan los mismos insectos que al cultivo de pepino, puedes echar un vistazo a nuestro artículo sobre lucha integrada en pepino.
Enfermedades
En suelos muy encharcados y con problemas de drenaje (habitualmente son suelos ricos en arcillas), es habitual enfermedades de cuello, podredumbre blanda o Phytophthora. En zonas de humedad ambiental alta, la planta puede sufrir ataques de mildiu, botritis y podredumbre gris.
Para tratar estas enfermedades de forma ecológica, se pueden utilizar soluciones a base de cobre como oxicloruro de cobre o hidróxido de cobre.
Si hay mucha humedad ambiental, se pueden reunir las condiciones para que aparezcan bacterias que afectan a las hojas y pueden acabar con la planta. Es el caso de Erwinia o Pseudomonas, entre otros.