Existen muchísimas especies de filodendros (aproximadamente 300 especies documentadas), y al menos 50 variedades bastante fáciles de conseguir en viveros especializados. Uno de ellos muy llamativo y de interés en la jardinería ornamental es el conocido como filodendro de árbol, cuyo nombre científico es Philodendron bipinnatifidum.
En este artículo te contamos cuáles son las principales características de su cultivo y algunos consejos para cuidarlo en el interior de casa.
Características principales de Philodendron bipinnatifidum o filondendro de árbol
El árbol filodendro (Philodendron bipinnatifidum) es una planta herbácea o semiarbustiva de gran tamaño nativa de las zonas tropicales de América del Sur, principalmente Brasil, Bolivia, Argentina y Paraguay.
Esta especie tropical también se puede ver creciendo de forma natural en algunas zonas costeras de los Estados Unidos, aunque se adapta muy bien como planta de interior.
Su atractivo ornamental nace de las grandes hojas que produce, de color verde intenso y aspecto tropical. Philodendron bipinnatifidum es considerada una planta de hoja perenne que plantada como interior puede superar el metro de altura, y en zonas tropicales, creciendo junto a árboles, superar los 3 metros de altura.
Cuidados principales de Philodendron bipinnatifidum
Vamos a conocer una de las partes más interesantes de este artículo, donde aprenderemos las claves para mantener nuestro filodendro de árbol, una de tantísimas especies que podemos encontrar en este género.
Climatología y adaptación al interior de casa
Philodendron bipinnatifidum es una planta tropical acostumbrada a crecer bajo temperaturas constantes durante todo el año. Esto, sumado a una humedad alta para su óptimo desarrollo, solo podemos conseguir este rango climático en países sudamericanos, zonas costeras del mediterráneo e islas.
Por ello, en Europa es una planta que suele utilizarse como planta de interior. Necesitará, por tanto, una zona con buena luz pero sin Sol directo, y sin corrientes de aire que resequen en exceso las hojas.
Elección del sustrato
Para el cultivo de Philodendron bipinnatifidum necesitaremos un sustrato húmedo de forma constante y sin excesos de agua. Por ello, la mezcla de turba (60-70%) y fibra de coco (30-40%) es una combinación ideal, ya que sumamos la liberación controlada de nutrientes de la turba y la oxigenación y porosidad que ofrece la fibra de coco.
Si no encuentras fibra de coco, puedes sustituir este sustrato inerte por la perlita, con una capacidad filtrante similar a la fibra de coco, pero con un componente más inerte en cuanto al aporte de nutrientes.
Cantidad de riego y frecuencia
La cantidad de agua de riego es prácticamente estándar en todas las plantas cultivadas en macetas. En general, podemos recurrir al truco de aportar 1/5 o 1/6 parte de agua del volumen de la maceta. Por ejemplo, si la maceta tiene 5 litros de volumen, podemos aportar entre 0,8-1 litro de agua.
Sin embargo, la clave está en controlar la frecuencia de riego. En el caso del filodendro de árbol (Philodendron bipinnatifidum), necesitaremos mantener un sustrato humedecido (pero no encharcado) durante todo su desarrollo, conocido esto como «capacidad de campo». Es decir, agua fácilmente disponible y ligera sensación de humedad.
Un plan de riego para el filodendro de árbol cultivo en el interior de casa puede ser el siguiente:
- Riego en primavera y verano: 1 riego cada 4 días, cantidad de 1/5 o 1/6 parte del volumen de la maceta.
- Riego en otoño e invierno: 1 riego a la semana, cantidad de 1/% o 1/6 parte del volumen de la maceta.
Un exceso de agua en cualquier variedad de filodendro causa pudrición de raíces, apareciendo manchas marrones y blandas en las hojas, señal de la aparición de enfermedades de cuello como Phytophthora.
Aporte de fertilizantes
Las plantas selváticas como los filodendros suelen consumir bastantes nutrientes. Mantener las hojas con su brillo natural y tonos verdes oscuros necesita un suministro constante de minerales como nitrógeno, hierro y magnesio.
- Fertilizantes líquidos: fertilizante líquido alto en nitrógeno para plantas verdes, a dosis de 1 ml de fertilizante por cada litro de agua.
- Fertilizantes granulados: 5 a 10 gramos de fertilizante NPK con magnesio y micronutrientes a principio de primavera y reaplicar a mitad de verano.
- Abono complejo NPK (Mg+S) 12 + 8 + 16 (+3+25) con magnesio y azufre + microelementeos + inhibidor de la nitrificación, Ideal para todo tipo de plantas ornamentales, arbustos, plantas verdes, rosales, cítricos, etc
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Consejos adicionales de mantenimiento
Humedad
El filodendro Philodendron bipinnatifidum necesita humedad ambiental. Si nuestra casa no lo tiene (algo habitual si vivimos lejos de la costa), tendremos que aportar agua destilada pulverizada sobre las hojas. Haremos esta operación en primavera y verano cada 2 o 3 días. Con unas cuantas pulverizaciones en las hojas será suficiente.
Hojas con tonalidades amarillas
Si las hojas tienen aspecto clorótico hay que revisar 2 puntos fundamentales:
- Disposición a la luz: falta de verdor puede suponer falta de clorofila, que normalmente supone que todas las hojas estén amarillas.
- Carencia de nutrientes: implicados en el verdor de la hoja se encuentran el nitrógeno, magnesio y micronutrientes (hierro, zinc y manganeso principalmente). Si la clorosis es en toda la hoja, probablemente sea nitrógeno (con el agua de riego, es poco probable que necesite magnesio). Si la clorosis son pequeñas tonalidades concentradas, lo más probable es falta de micronutrientes, principalmente los anteriormente mencionados: hierro, zinc y manganeso.
Bordes marrones y secos
Los bordes marrones y secos pueden significar un exceso de sales o excesiva sequedad ambiental. Si no estás aportando fertilizantes, lo más probable es que necesite mayor humedad ambiental, por lo que tendrás que pulverizar las hojas al menos 1 vez cada 2 o 3 días con agua destilada.
Bordes y manchas marrones húmedas
Si las manchas necróticas de aspecto marrón son blandas y no crujen cuando las apretamos, tenemos problemas más graves. Hablamos de un problema de exceso de humedad que se ha traducido en un estrés para la planta y la probable aparición de enfermedades de cuello.
Por ello, es importante reducir la humedad del sustrato al mínimo y buscar fungicidas o fuentes de cobre para aplicar junto con el riego.