Como bien dice el título nos toca hablar de un ciprés, el cupressocyparis leylandii. Es un híbrido natural de un cruce entre Cupressus macrocarpa y Chamaecyparis nootkatensis. Es ideal para muchos usos que van desde pantallas contra el viento hasta disponerlo solo en el jardín, creciendo hasta alturas de 20 metros. Si tienes curiosidad, vamos a comentar la forma en la que se cultiva.
Características del ciprés cupressocyparis leylandii
Si tuvieramos que contar en una frase a qué se debe el interés por el ciprés de Leyland (es una de las coníferas para setos más utilizadas en España) diríamos que tiene una mezcla exitosa entre crecimiento rápido (suele crecer unos 50 centímetros por año o más) y buena resistencia a enfermedades. Sobre todo le interesa a mucha gente que se hace una casa de campo, un chalé o cualquier casa de este tipo y los planta junto a la valla, para que formen una pared visual y la gente no ande cotilleando cuando te bañas en tu piscina. De hecho, cuando pones en Google cupressocyparis leylandii, la mayoría de las búsquedas pertenencen a viveros y venta de plantas online.
Bueno, teniendo en cuenta esto, por nuestra parte vamos a equilibrar el contenido y damos la opción de intentar mostrar cómo se cultiva para aquellos que realicen la compra del ciprés y se hagan la pregunta ¿y ahora cómo lo cuido? ¡Tranquilo!, nosotros te ayudamos 😉
Autor: Berean Hunter
Clima y suelo, 2 grandes condicionantes
Aquí tenemos un todo terreno en cuanto a resistencia a las condiciones ambientales. Aguanta bien la contaminación urbana (polución ambiental), los climas salinos cercanos al mar, el frío intenso, condiciones de sombra o condiciones de pleno sol, etc. Eso en cuanto a clima, pero también, en cuanto a suelo, no tiene ningún problema por crecer en cualquier tipo de suelo. Es resistente, rústico y adaptable a muchas condiciones, tanto de clima como de suelo.
Las necesidades de riego y abonado
El ciprés de Leyland tienes unas necesidades moderadas de riego, es decir, muy parecidas a las del resto de su especie. No tiene grandes problemas con respecto a la frecuencia de riego y su adaptación a ella. Normalmente con mantener la humedad constante en el suelo es suficiente.
En cuanto al abonado es suficiente con realizar aplicaciones de materia orgánica (compost casero o estiércol) tanto en primavera (cuando más crecimiento y mayor actividad tiene) y en otoño (a la salida del invierno, para que coja fuerza).
La multiplicación del ciprés de Leyland
Se puede multiplicar por esquejes, aunque tiene su dificultad. Dado que es una conífera muy común que la podemos encontrar en la mayoría de viveros a buen precio (dependerá sobre todo el tamaño del ejemplar), no aconsejamos calentarse la cabeza con su multiplicación. Eso sí, ten en cuenta algunas cosas antes de comprar plantas.
Su resistencia a plagas y enfermedades
Por lo general, el cupressocyparis leylandii es bastante resistente a cualquier patológia de este tipo, pero eso no quiere decir que alguna vez pueda verse afectado por la típica plaga de las coníferas, la cochinilla.
Autor: Ben Gamble
La poda
Normalmente, por ser un ciprés dedicado a formar parte de una pantalla contra el viento, setos para separar dos zonas junto a vallas, etc., requiere una gran adaptación a la poda. Es el caso de esta conífera, ya que no tiene ningún problema en recibir podas de cualquier tipo. Además, tiene fácil rebrotación sobre madera vieja, por si pierde densidad de follaje o te has pasado con la poda.
Una última curiosidad sobre el cupressocyparis leylandii
Este ciprés ha sido tan utilizado en prácticamente todo el mundo y tiene un crecimiento tan rápido que ha llegado a tener «problemas de tipo legal». Os lo contamos. Resulta que genera tanta sombra cuando se cultivan en serie que en Reino Unido ha habido problemas porque algunos agresores se aprovechaban de esta situación para trabajar impunemente. De hecho ha habido el caso de al menos 1 asesinato, por una disputa sobre el ciprés de Layland.
En el 2005 se introdujo la Ley de Comportamiento Anti-Social 2003 para las personas afectadas por las coníferas altas, y para tratar de controlar y definir una altura y sombra reglamentaria. En 2008 Christine Wright ganó una batalla legal contra su vecino, al que le obligó a reducir la sombra que le proporcionaba a su jardín.
Ver para creer…