La especie que hoy nos ocupa es un arbusto o árbol pequeño conocido como Salix atrocinerea, perteneciente a la familia de las salicáceas. Es originario de Europa y se extiende por toda la Península Ibérica, sobre todo por la costa mediterránea y la cantábrica, pero inexistente en el archipiélago balear y en el canario.
Salix atrocinerea es un árbol ideal para crear espacios de sombra en cualquier tipo de jardín, plantado de forma individual o agrupado en veredas de caminos.
Dada la facilidad que presenta para el hibridaje, a menudo es fácil confundir una especie con otra. Los híbridos que se conocen son los siguientes:
- Salix × expectata = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix cantabrica
- Salix × quercifolia = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix caprea
- Salix × guinieri = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix cinerea
- Salix × mairei = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix pedicellata
- Salix × altobracensis = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix bicolor
- Salix × viciosorum = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix purpurea
- Salix × secalliana = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix salviifolia
- Salix × multidentata = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix triandra
- Salix × stipularis = híbrido entre Salix atrocinerea y Salix viminalis
Características de Salix atrocinerea
Aunque se le conoce comúnmente por varios nombres como bardaguera, palera, salgueiro, sarga o zargatera entre otros, el nombre común más conocido es sauce ceniciento, que al igual que su nombre científico, Salix (sauce) atrocinerea (atro=oscuro, cinereus=ceniciento), hace referencia al aspecto de sus ramas y hojas más jóvenes que están cubiertas de una vellosidad grisácea.
Tronco y ramas
El sauce ceniciento es un árbol de talla media que puede alcanzar hasta los 22 metros de altura. El tronco está cubierto por una corteza rugosa de color pardo oscuro o grisaceo.
Sus ramas son rectas y alargadas, cuando son jóvenes están cubiertas por una vellosidad grisácea que van perdiendo a medida que maduran.
Hojas
Sus hojas son caducas, de forma lanceolada o aovada y algo más anchas hacia el ápice, tienen los bordes lisos, aunque algunas pueden tener dientes anchos y poco marcados.
Cuando nacen, están cubiertas de pelo por sus dos caras y tienen un aspecto aterciopelado, pero al madurar pierden el pelo por el haz volviéndose de un color verde oscuro, por el envés son grisáceas y con algunos pelos ferruginosos (del color del óxido).
Flores
Salix atrocinerea, como todos los de su especie, es un árbol dioico, lo que significa que tiene ejemplares masculinos y femeninos. Las flores nacen antes que las hojas y las abejas o el viento son los encargados de realizar la polinización. Tanto las flores masculinas como las femeninas son muy vellosas y se disponen en amentos, inflorescencias en forma de espiga o racimo colgante.
Las masculinas son de forma ovoide y las femeninas cilíndricas.
El fruto es una pequeña cápsula que al madurar se abre en dos valvas y en su interior se encuentran las semillas cubiertas de pelos blanquecinos.
Cuidados principales de Salix atrocinerea
En su hábitat natural, crece a orillas de los cursos naturales de agua, en prados húmedos y en vaguadas. Salix atrocinerea es una especia a la que no le molesta tener sus raíces encharcadas. Crece sano a pleno Sol y aunque soporta estar en semisombra, necesita mucha luz para prosperar.
En jardines, hay que tener la precaución de plantarlo alejado de tuberías o construcciones ya que sus raíces altamente invasivas podrían causar destrozos.
Tierra
Por sus características, Salix atrocinerea es un ejemplar que no puede prosperar en macetas. La tierra ideal para su cultivo tiene que ser algo ácida y pobre en nitrógeno.
Riego
Es un árbol que necesita mucha humedad para crecer saludable. En verano se debe regar cada 2días como poco, y durante el resto del año cada 4 o 5 días.
Abono
Durante la época más activa, es decir, desde el inicio de la primavera hasta el verano, es aconsejable fertilizar la tierra con abonos orgánicos como el estiércol o el guano una vez por mes.
Plagas y enfermedades de Salix atrocinerea
A pesar de ser un árbol bastante resistente, en ocasiones puede verse afectado por insectos como las cochinillas y pulgón, que se alimentan de la savia y el jugo celular de los tallos y hojas jóvenes. Se pueden tratar con insecticidas específicos como el jabón potásico o trampas adhesivas en el caso del pulgón.
Las enfermedades que pueden afectarle son las causadas por hongos, principalmente la roya, que afecta a las hojas cubriéndolas de unas proturberancias de color rojizo o el oidio que cubre las hojas de un polvo blanco.
Ambas pueden tratarse a base de fungicidas preventivos como el azufre o el cobre (oxicloruro de cobre).
Multiplicación
Hay dos formas de conseguir ejemplares nuevos de uno que ya tengamos en nuestro jardín.
Por semillas
Es la más complicada, ya que las semillas tienen una viabilidad muy corta. La forma de lograrlo es cogerlas directamente del fruto abierto mientras todavía se encuentra en el árbol, después las sumergimos en agua durante 24 horas para hidratarlas y acelerar su activación.
A continuación, las plantaremos en un semillero con turba negra mezclada con perlita que mantendremos siempre húmeda y las dejaremos en un lugar soleado hasta su germinación.
Por esqueje
Para ello , escogeremos una rama joven, de no más de un año y de unos 30 cm de largo de la que retiraremos unos 3 cm de corteza en la base que impregnaremos de hormonas de enraizamiento. Seguidamente, la plantaremos en una maceta con un sustrato poroso que mantendremos húmedo y protegido del sol directo.
Usos del sauce ceniciento
Como todos los sauces, Salix atrocinerea es popular por varias propiedades terapéuticas. Su corteza y sus hojas son utilizadas en diferentes remedios para aliviar los síntomas de la artritis y el reumatismo.
También se usa como antiinflamatorio en enfermedades como la gota y la disentería. Sus hojas alivian los dolores de cabeza y bajan la fiebre. Sus ramas finas y flexibles son muy apreciadas en la cestería, y antiguamente, los zahoríes, las usaban para localizar pozos de agua en el subsuelo.
En floristería, las ramas de ejemplares masculinos con sus características flores peluditas son muy apreciadas en la composición de arreglos florales.