De plantas y cultivos escribimos mucho, pero a veces se nos olvidan algunos sectores de plantas menos conocidos con un fin muy particular. Es el caso, por ejemplo, de las plantas para estanques.
No todo el mundo puede tener la suerte de tener un estanque en el jardín, pero si eres uno de los que tiene, aquí te planteamos la Primula bulleyana, de zonas pantanosas para dar un toque florido a los alrededores del estanque.
Los estanques como ecosistema
En Agromática ya hemos hablado de los estanques en jardines o incluso en el huerto. La primera imagen que se viene a la mente cuando hablamos de estanque, es la de un jardín, bien cuidadito con todo todo perfecto y un pequeño lago con o sin cascada Sea cual sea el estanque que te imagines, está rodeado de un jardín versallesco de película, pero no tiene por qué ser así.
El huerto, necesita de polinizadores, necesita fauna a su alrededor y el estanque es una forma idónea de atraer fauna, buena y menos buena, eso sí, pero controlándola, aportará más beneficios que menos. Un estanque sencillo puede valer.
Una vez que el estanque está dispuesto, llega la hora de colocar plantas en su entorno. Podríamos no ponerlas pero una de las principales razones para hacerlo es que evitan, entre otras cosas, el crecimiento desmesurado de algas. Plantas flotantes como el famoso nenúfar, impiden que llegue demasiada radiación solar al agua del estanque, y por tanto la proliferación de algas se reduce.
Acuérdate de echarle un ojo al artículo de cómo hacer un estanque y al que recomendamos algunas plantas para el mismo!
No es fácil encontrar plantas para estanques con floraciones que llamen la atención. Todos conocemos el nenúfar, sí, pero… ¿alguna más? Hace un tiempo os hablamos de un tanto «rara», el Golden club (Orontium aquaticum).
Hoy vamos a ver una flor de aspecto normal y para ello hemos escogido la Primula bulleyana. Veamos algunas de sus características.
El género Primula es muy extenso y de entre todas las prímulas, las que más se conocen son las que llamamos primaveras, muy recurrentes en jardines y sobretodo como planta de interior. Los híbridos para sacarle colores de todo tipo, ya no tienen fin desde el momento en que el hombre puso su interés en ella como planta ornamental.
En este caso, hablamos de una prímula que nada tiene que ver con las habituales, por que esta está destinada al estanque del huerto o el jardín.
La Primula bulleyana, tiene la gran particularidad de elevar un tallo completamente erecto, a diferente alturas (hasta más de 50 cm), acabando en su extremo, con una roseta de flores, típica de las Prímulas. Esta planta tiene su origen en China y su adaptación no ha encontrado excesivas dificultades.
Es muy popular en el Reino Unido, país con gran afición a la jardinería. Las condiciones húmedas de aquel territorio también son propicias para este tipo de plantas como ahora veremos.
Condiciones de cultivo de Primula bulleyana
Temperaturas y exposición
Es una planta dura. Soporta una variedad de condiciones amplia. Las zonas cálidas serán las menos adecuadas para esta flor. Su dureza durante el invierno está más que demostrada. Soporta la friolera de -15 ºC grado arriba, grado abajo y puede estar a pleno sol o en condiciones de semisombra. Todo dependerá un poco de las condiciones climáticas. En zonas frías, convendría exponerla al sol, y en zonas donde se prevea que la planta pudiera sufrir por calor, le irá mejor la semisombra.
Suelo
Los entornos de los estanques son muy particulares, sobre todo en el suelo. El suelo de zonas pantanosas o saturadas de humedad tiene unas condiciones en las que, como es lógico, sólo se desarrollan ciertos tipos de plantas adaptadas.
Primula bulleyana, por tanto, se puede desarrollar sin dificultad en suelo neutro, tirando a ácido, saturado de agua, es decir, con mal drenaje, y de textura más limosa que otra cosa. Esto no quiere decir que el suelo de nuestro estanque deba ser estrictamente de esta forma. Con que sea un suelo fértil y húmedo constantemente (esta es la parte complicada en zonas secas de clima cálido) será suficiente.
Poda
Los tallos florales, una vez pasada la floración (de mayo a julio aprox.), convendrá reducirla un poco en volumen para mantener un equilibrio con el resto de plantas que tengamos vistiendo los alrededores.
Hasta la próxima planta de estanque.