A cualquier ciudad le encantaría destacar por su implicación con la sostenibilidad en su urbanismo y llevarlo a cabo en el desarrollo urbanístico de la ciudad. En Agromática os damos las claves de cómo un grupo de técnicos han realizado un documento con una serie de indicadores para hacer posible una ciudad verde con un equilibrio perfecto, ¿quieres saber más?
Formas de intervención en la ciudad: indicadores de sostenibilidad
Aunque ya se han realizado para varias ciudades un Plan de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental, os traemos a Agromática el que la Gerencia de Urbanismo de Sevilla encargó a la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, dirigida por Salvador Rueda, por la mayor difusión que ha tenido entre el sector del desarrollo urbanístico vinculado a la sostenibilidad ambiental. Este documento de 35 indicadores se puede poner en práctica en otras ciudades. Por ejemplo, ha sido desarrollado como ejercicio de urbanismo en el centro Alicante a través de alumnos de Arquitectura de la Universidad de Alicante con resultados muy interesantes.
El urbanismo de los tres niveles
Para empezar, hay que hablar de la metodología y el pensamiento que tienen en esta Agencia de Ecología Urbana sobre el propio urbanismo y su expansión. Su lema es: el urbanismo de los tres niveles. Y se resume en que hay que dejar atrás la actual mirada de pensar y proyectar únicamente a cota cero, en la superficie, sino que el trabajo en el subsuelo y en altura complejiza para bien el desarrollo urbanístico de una ciudad.
Como imaginaréis, el desarrollo de una serie de indicadores que afectan a todo el desarrollo de la ciudad actúa en todo lo que en ella podemos encontrar: edificación, espacio público, movilidad, servicios, organización urbana y un largo etcétera. Desde Agromática os presentamos de forma resumida sólo los que tienen que ver con el relacionado con el mundo de los espacios y zonas verdes: los que en el documento trata la Biodiversidad Urbana.
Os comentamos previamente que, a nuestro juicio, muchos de estos indicadores parecen utópicos y parece muy poco probable que se vayan a poner en práctica en muchas ciudades actuales, siendo pensados más para futuras ciudades que aún están por desarrollar, a ver qué pensáis vosotros.
Biodiversidad Urbana
En el apartado de Biodiversidad encontramos cinco indicadores:
El primero nos habla de la proximidad que todo ciudadano debería tener hacia espacios verdes diferenciando cuatro tipologías. Y es que según estos indicadores, todo ciudadano debería poder disfrutar de una zona verde de 1.000 m2, 5.000m2, 10.000 m2 y 100.000 m2 a menos de 200 m, 750m, 2 km y 4 km, respectivamente, de su casa. Parece poco probable que en el centro de nuestras ciudades podamos encontrar superficies equivalentes a 14 campos de fútbol a menos de 4 km de casa. Es deseable pero difícil de llevar a cabo.
Para que pueda haber vegetación en las ciudades, el suelo tiene que ser apto para ello. Es por esto que el siguiente indicador trata la permeabilidad del suelo, que dicta que debe estar entre un 30% del espacio público. Todas las tipologías de suelos que nos podemos encontrar en la ciudad tienen un factor de corrección, siendo 0 la superficie más impermeable –asfalto- y 1 la más permeable –tierra vegetal-. Cuanto más se aproxime a 0,3 el cómputo global, más cerca de una óptima calidad del suelo tendremos.
Los suelos óptimos reciben arbolado que da color a las ciudades. La tipología de arbolado es distinta según el lugar donde nos encontremos, pero para un valor adecuado debe haber como mínimo 200 árboles por kilómetro para estar en la órbita de este indicador, pudiendo estar en varias alineaciones. Estos árboles ayudan a que se creen corredores verdes que permiten la interconexión entre espacios y zonas verdes de carácter público. Serían las avenidas o bulevares donde la presencia del vehículo es totalmente nula. El indicador nos dice que todo ciudadano tiene que tener a 600 metros algún tipo de estos corredores verdes.
Por último, encontramos un indicador que ya habéis podido consultar anteriormente, el de las cubiertas verdes. Una reserva del 30% de la cubierta de los edificios para este tipo de zona verde permite una regulación energética para el propio edificio se obtiene también, un aumento de la permeabilidad del suelo y obteniendo, junto a las fachadas verdes una continuidad entre zonas verdes en la superficie urbana y en altura.
La unión de estos cinco indicadores permitiría alcanzar el valor de 10-20 m2 de espacios con zonas verdes por habitante. Para que os hagáis una idea, grandes capitales como París o Tokio tienen una media de 6 y 5 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Ciudades como Moscú o Nueva York se mueves en los valores máximos que se establecen, con 20 y 24,6 m2 de áreas verdes por habitante, respectivamente. Pero sin duda el ejemplo a seguir en este aspecto es la ciudad brasileña de Curitiba con 52 m2 de áreas verdes por habitante (ciudad a la que hemos hablado hace unos días).
Si quieres echarle un vistazo a todos los indicadores e intentar ponerlos en práctica en tu ciudad, aquí te dejamos un enlace en pdf titulado «Plan Especial de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental de la Actividad Urbanística de Sevilla».
Un saludo. Agromática.