Aunque los montes y bosques están repletos de setas venenosas (¡ojo!), no es el caso de Boletus edulis, una seta del género Boletus que es protagonista de muchísimas recetas que, por cierto, luego comentaremos (¡nos encantaría que te animases!). Aunque lo ideal sería recogerlos y disfrutar del aire libre, también se pueden cultivar «artificialmente». Vamos a conocerla bien.
Boletus edulis, una seta comestible
Vamos a conocerla un poco más. Aunque se conoce científicamente como Boletus edulis, y sinceramente, es un nombre bastante atractivo y poco olvidadizo, en España se conoce comúnmente como hongo blanco, seta calabaza o porcini. Para encontrarla tendremos que ir a montes con pinos, como también ocurría con el cultivo de los níscalos.
Si la vemos a simple vista no se nos hace la boca agua, pero como suele pasar, es un gran error rechazarla. De hecho, aquellas setas que más nos atraen a la vista (como las ranas de colores de Sudamérica) son las que más potencial tóxico tienen.
¿Podemos confundir Boletus edulis con otra seta?
Aquí radica el mayor problema en la micología y la que más desgracias ha traído. Confundir una seta con otra de gran parecido puede llevarnos a un desastre de consecuencias catastróficas. Lo mejor es andar seguro. En cuanto a Boletus edulis puede confundirse con Tylopilus felleus, presentando pequeñas diferencias en cuanto al color de sus poros. Si la probamos, rápidamente nos damos cuenta de que no es la seta elegida ya que tiene un sabor muy amargo. Por suerte, Tylopilus felleus no es tóxica. También puede haber problemas de confusión con B. reticulatus, que sí es comestible.
Autor: James Lindsey
Gastronomía de Boletus edulis
No exageramos si decimos que esta seta es una de las más apreciadas en gastronomía. Su sabor nos recuerda a la avellana, con ligeros toques dulces. ¿Recetas con Boletus? ¡Muchísimas! Por ejemplo un Rissoto de Boletus. O directamente si no queréis enmascarar el sabor propio de la seta, las podéis poner directamente a la plancha con un rebozado de huevo. En fin. Las posibilidades son infinitas.
Precisamente ahora que se nos hace la boca agua surge la siguiente pregunta…
¿Se puede cultivar?
Tiene un sistema parecido al del cultivo de los níscalos. Pierde la magia y puede que no salga nada. Lo ideal es pasar un buen día en el monte y recogerlas en compañía de amigos. Pero bueno, posibilidades hay.
Hay tiendas especializadas y online que venden esporas de Boletus edulis. El procedimiento es sencillo y consiste en esparcirlas alrededor de pinos, robles, abedules, castaños, etc. La época para intentar cultivarlas es desde primavera hasta otoño, por lo que tenemos un amplio abanico de meses para disponerlas. Esta sería la forma de disponer las esporas alrededor del árbol, aunque como hemos dicho, no sólo se puede hacer con coníferas.
Una condición importantes es el que el ejemplar donde vamos a colocar Boletus edulis sea adulto. Es decir que tenga como mínimo más de 15 años.
Para terminar os dejamos un vídeo: «Boletus edulis, del laboratorio al bosque». Dichos micelios se pueden comprar en muchos sitios y a un precio bastante económico. Como dicen en el vídeo, micorrizar un árbol cuesta en torno a 9 € y garantiza una gran recolección de Boletus.
Si os ha gustado no dudéis en compartirlo en las redes sociales. ¡Queremos ver recetas de Boletus edulis en los comentarios! 😉
Fotografía de portada: Holger Krisp – Own work.
Ponéis una foto de B.aestivalis.
Mal empezamos !!!
Hola! De entrada gracias por tu comentario y detectar un posible error. No tenemos tan claro que sea B. aestivalis (B. reticulatus) ya que el pie no tiene la retícula característica de esta especie. Es cierto que el sombrero es arrugado y más pálido pardo que B. edulis, pero seguimos creyendo que es B. edulis. Si crees que es B. aestivalis, por favor, dinos por qué y revisamos juntos las claves de identificación.
Un saludo y muchas gracias.
Holaaaaa.
¿Que resultados tuvo la micorrización con esporas que hicieron en el vídeo?
Me gustaría hacerlo en mi pinar
¿Sabéis quien suministra las esporas?
Gracias 🙂
El boleto en sus variedades más sabrosas: aéreus, edulis, pinícola, reticulatus, tiene la ventaja de conservarse muy bien congelado.
Una vez recogidos limpiamos con un trapo húmedo los restos de tierra, hojas o residuos de bosque que puedan tener, –no lavar nunca bajo el grifo–, se verifica que estén sanos, sin picada de gusano, y con los tubos blancos preferentemente o un poco amarillos, si están verdes es mejor cocinarlos antes de congelar.
Se corta el pie recto y se colocan de pie en el congelador separados sin que se toquen entre ellos. Una vez congelados (24 ó 48 horas dependiendo del congelador) ya se pueden juntar y guardar en bolsas, pues al congelarse por separado no se pegarán.
Para consumirlos hay que sacarlos un poco antes de cocinarlos y en cuanto se puede meter el cuchillo para hacer láminas finas, se lamina y ya se puede cocinar, y queda prácticamente como el fresco.
Muchas gracias por la aportación. La experiencia con las setas y hongos dice mucho más que la teoría. Un saludo.