No hablamos mucho de las flores de bulbo en este blog y a finales de este 2017 vamos a empezar con bulbos sencillos que podemos cuidar en interior y que luego nos den una floración que sea la envidia de los balcones de la fachada. Por lo general (por no decir siempre) los bulbos son muy agradecidos con las flores que dan así que vamos a por el Crocus vernus.
Pero…¿Sabemos qué es un bulbo?
Una cebolla! Eso es un bulbo.Son estructuras subterráneas de las plantas cuyo único fin es el almacenamiento de nutrientes para que no les falta de nada en el momento de la nascencia. Existen otras estructuras como los tubérculos (patata, boniato) , los rizomas (gengibre) cuyas composiciones cambian pero su fin es exactamente el mismo: la reserva federal de nutrientes. En unos casos nos sirven de alimento y en otros como este… pues eso, para flores. Muchas veces se confunden con un «tipo de raíz» pero morfológicamente hablando no es cierto. Es un tallo engrosado, de hecho las raíces salen en la base del bulbo (agarra un puerro de la nevera y… «voilà», otro ejemplo de bulbo en el que podrás ver las raíces en la base del bulbo).
Morfología y flor del Crocus vernus
En este caso tenemos un variedad de color muy interesante. Existen variedades blancas, amarillas, púrpuras intensas o más pálidas. En general, la más típica se asocia al púrpura, o al menos nosotros asociamos más al púrpura, pero puede que solo sea algo psicológico totalmente… y por qué creemos que es así… sencillísimo. ¿A qué nos recuerda la flor?. ¡Exacto! Al azafrán. Son primos-hermanos. No sé si el grado de parentesco es tan cercano pero al menos comparte familia ya que el azafrán es Crocus sativus. Y como la etimología nos fascina pues no podemos dejar de citar de Wikipedia de dónde viene el término Crocus:
Crocus: nombre genérico que deriva de la palabra griega: κρόκος ( krokos ). Esta, a su vez, es probablemente una palabra tomada de una lengua semítica, relacionada con el hebreo כרכום karkom, arameo ܟܟܘܪܟܟܡܡܐ kurkama y árabe كركم kurkum, lo que significa » azafrán «( Crocus sativus ), «azafrán amarillo» o la cúrcuma (ver Curcuma). La palabra en última instancia se remonta al sánscrito kunkumam (कुङ्कुमं) para «azafrán» a menos que sea en sí mismo descendiente de la palabra semita.
Es un planta que crece en zonas ajardinadas y prados de forma silvestre y no levanta del suelo más de 10 cm cuando está en floración por tanto, si es en jardín, debemos utilizarla si queremos salpicando una zona de jardín con la que poder salpicar de color morado (o blanco, o amarillo, o púrpura…) primaveral.
Los cuidados del Crocus vernus son realmente fáciles
Temperaturas e iluminación
Es una planta cuyo bulbo soporta grandes y prolongadas heladas. Está catalogada como muy rústica ya que el bulbo puede soportar hasta -20ºC. Desde luego en España no hay sitios con esas temperaturas de forma habitual así que por frío no hay que preocuparse. Estos bulbos crecen silvestres en los prados y claros así que necesitan plena luz para crecer.
Riego y abonado
Si por las temperaturas no debíamos preocuparnos, el riego va a ser lo que defina el éxito del Crocus vernus. El riego debe mantener la tierra ligeramente húmeda casi constantemente. No recibe bien largos periodos de sequía una vez plantado el bulbo. Y se ha de seguir con la misma frecuencia durante la floración. El suelo es mejor que tienda al arenoso, suelto y no necesariamente debe ser un suelo muy rico. El ph no suele ser un problema cercano a la neutralidad. Puede llegar a crecer en suelos de fertilidad media o baja incluso siempre que agua no falte.
Siembra y floración
La siembra de estos bulbos suele hacerse en el otoño (septiembre-noviembre) y la floración en primavera temprana. Una vez pasen el periodo de floración la flor marchita, la planta amarillea y finalmente acaba secándose. Es en ese momento cuando se puede desenterrar el bulbo (si es en macetas o queremos tener bulbos guardados para trasplantar).
Si tienes colmenas, las abejas lo van a agradecer y mucho
Resulta ser uno de los primeros bulbos en florecer en la primavera muy temprana. En este punto tan tempreano, las abejas más jóvenes que empiezan a salir a explorar, les resulta un tanto difícil encontrar el néctar ya que todavía no se ha alcanzado el clímax primaveral. Si se encuentran Crocus vernus van a ser las más afortunadas del lugar… y no te digo nada los apicultores.
Un saludo de Agromática