Advertencia: Este artículo está dirigido a aquellos hispanohablantes residentes en países donde la comercialización de semillas de marihuana están permitidas por ley. Tratamos este artículo de manera neutra como otro cultivo más y en ningún caso estamos incitando su consumo.
La calidad. Ese manido término que ya no sabemos qué significa
Todo es de calidad. Cualquier buen comerciante que se precie va a decir que todo es de calidad. Desde lo más caro y exclusivo que tiene hasta lo más barato. ¡Claro! Todo es de calidad en función siempre del precio. La calidad es muy subjetiva y ha tenido definiciones varias a lo largo de la historia. A mí, la definición de calidad general que mejor me encaja es.
Producto que satisface las expectativas del cliente al menor coste.
Fijémonos en que esta definición, por muy banal que parezca, esconde en sus términos, campos muy específicos que pueden usarse bien o usarse mal a la hora de entender la calidad.
Satisfacer – expectativas – menor coste.
¿Obtengo lo que espero?. ¿A precio competitivo? En el precio está la competitividad empresarial, e inherentemente va ligado a las expectativas del cliente.
No confundamos la calidad con el marketing. Son cosas distintas y el marketing muchas veces va enfocado a crearnos necesidades para luego decirnos que necesitamos tal producto o tal servicio.
Todos tenemos claro a la hora de comprar un bien típico como un automóvil, un smartphone u ordenador, de qué hablamos cuando decimos calidad-precio. Esa relación es casi inseparable. Hoy en día, lo muy barato rara vez cumple expectativas a medio-largo plazo. Y otras veces, lo muy caro sobrevalora unas expectativas que bien pueden cumplirse con otro activo similar de menor precio. Encontrar un equilibrio es la jugada maestra muchas veces.
Por tanto, cumplir expectativas a un coste competitivo lo consideramos calidad. Si las expectativas las traducimos a características de un producto ¿cuáles deben cumplir las semillas de marihuana?
Características de semillas de marihuana de calidad
Hablamos de semillas, y uno de los principales factores es la viabilidad germinativa. Las semillas deben poder germinar por sus propios medios. Cuanto más tiempo pasa, esa capacidad se va perdiendo. Semillas viejas implican más riesgo de no germinar. En este artículo podemos ver datos generales de semillas de distintos cultivos. Para las semillas de marihuana es exactamente lo mismo.
Elegir la variedad adecuada a nuestras expectativas.
El mundo de las variedades de cualquier planta es tan extenso que abruma. Y no hablo de las semillas de marihuana. Hablo de cualquier producto vegetal que los humanos consumimos. La manzana tiene cientos de variedades distintas, aunque la realidad de las fruterías deje mucho que desear al respecto. Casi siempre vemos 5 o 6, no más. Pregúntale a un sidrero asturiano o vasco sobre variedades de manzana…
En el caso de cultivos como la marihuana, las variedades se nos van de las manos. Hay cerca de un millar de variedades a nivel mundial. Son estimaciones pero démonos cuenta que la mayoría son hibridaciones de distintas variedades y especies, llegando a multiplicar las posibilidades de distintos resultados. Existen dos especies muy conocidas (Cannabis sativa y Cannabis indica) aunque hay más.
Otras cosas en las que fijarnos aunque no siempre son infalibles:
- Color. La gran mayoría de semillas de marihuana tienen un color marrón claro u oscuro con rayas más claras. Si es verde, lo normal es que no esté bien desarrollada como semilla y su capacidad germinativa puede ser dudosa.
- Dureza y textura: La capa externa que la recubre debe ser lisa y la semilla debe ser firme. Cualquier indicio de semilla blanda, poco tersa o flexible es síntoma de semilla inmadura. Si embargo, esto es relativo. Si apretamos con demasiada fuerza y no en las puntas de la semilla, la aplastaremos sin remedio.
- Peso específico de la semilla: No hay un dato objetivamente peor y mejor, pero una semilla “poco pesada” suele indicar falta de humedad. A veces el remojo lo soluciona pero la viabilidad germinativa también puede verse afectada por una humedad baja durante largos periodos.
- Una forma de evaluar esto sin tener que recurrir a un dato tan subjetivo como el peso es la prueba de flotación. Si una semilla flota, no es buen indicativo. Debe hundirse. Es evidente que esta prueba ha de hacerse si lo que queremos es empezar a germinar. La humectación del pericarpio de una semilla es el detonante de la germinación. No lo hagas queriendo luego guardarlas porque te encontrarás con sorpresas.
- Tamaño: No es un buen indicador. Empezando por la especie, las semillas de C. indica son más grandes que las de C. sativa. Si de ahí, nos vamos a hibridaciones varias entre variedades y especies, entonces ya el tamaño se vuelve algo inútil de evaluar para conocer la calidad.
Almacenamiento de las semillas de mariahuana.
Atendiendo al punto ya explicado, este factor va directamente relacionado. Cuanto más almacenamiento, menos calidad, menos probabilidad de germinación. En términos absolutos, las semillas de marihuana pueden tener una viabilidad de hasta 10 años. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, año a año, el porcentaje de semillas que pueden germinar ser ve reducido.
Para asegurar una viabilidad óptima no debemos de estirar el almacenamiento más de año y medio. Y las condiciones de de almacenamiento óptimas son al vacío en un lugar oscuro y fresco, sin mucha variación térmica
¿Podemos saber el sexo de una semilla de marihuana?
NO. No hay más que aportar a este apartado. Lo que sí te puede “asegurar” un banco de semillas es tener semillas feminizadas. Si no, hasta no ver las flores, no hay manera de saberlo.
¿Si es comprada va a germinar mejor?
Las semillas “certificadas” tienen entre sus características una mejor calidad. Pero evaluemos la calidad. ¿Más CBD? ¿Más THC? ¿Mayor proporción de cogollos? ¿Más rusticidad y aguante a poca luz y agua? Estas son características del cultivo que muchas veces no tienen que ver con la capacidad germinativa de una semilla de marihuana. Cada variedad está adaptada a unas condiciones de suelo, riego, luz etc. La “facilidad de germinación” muchas veces viene determinada por las condiciones de cultivo que por la germinación en si. Es decir, si no sabes bien cómo germinar una semilla, puede que aunque sea comprada, no germine lo bien que debería.
Foto de portada: «thöR