¿Podemos eliminar el aporte de calcio simplemente con regar?

¿Podemos eliminar el aporte de calcio simplemente con regar?

Nos puede parecer, según el tipo de agua con la que reguemos, que esta puede llevar suficiente calcio y magnesio como para no tener que añadir fertilizantes ricos en estos elementos. ¿Qué hay de cierto en eso? ¿Estamos, simplemente, malgastando el dinero y sobre-abonando nuestros cultivos?

Siempre lo hemos dicho, el calcio es un puñetero. Es uno de los macroelementos (macroelemento secundario) que más problemas da. Normalmente siempre por deficiencias, aunque tengamos un plan de abonado con calcio estupendo. Como dijimos en el artículo sobre el calcio, su movilidad es bastante limitada y cuesta mucho absorberlo a través del sistema radicular (maldita Banda de Caspary…).

Si cogemos un análisis de agua, como hemos visto otra veces, tendremos una serie de iones (cationes y aniones) que aportan nutrientes al suelo y, por tanto, al cultivo. Teniendo en cuenta esto y si hacemos las cosas bien, podremos reducir la cantidad de fertilizante que añadimos al suelo.

Lo que un análisis de agua puede mostrarnos del calcio 

Si cogemos un análisis de agua típico, tendremos diferentes valores de calcio (Ca++), medidos en ppm (partes por millón) y mili-equivalentes por litro. Unos valores medios, según zonas, pueden ser 7, 9 y hasta 14 meq/L. Echando cuentas, y con la dosis que regamos por hectárea, eso es mucho calcio en el suelo.

Entonces, ¿por qué aplicamos calcio al suelo?

Veamos primero, cuantos kg de calcio se aplica, según los Meq/L de este elemento en el agua de riego y los metros cúbicos con los que se riega.

Veamos cuanto se aporta de calcio:

Calcio aportado en riego

Y ahora, cuanto se aporta de magnesio:

Magnesio en agua

Esto, cuando lo extrapolamos a la dosis de agua que necesita un cultivo, son muchísimos kilos y unidades fertilizantes que se aportan, únicamente por regar.

Veamos valores cuantitativos.  Un programa de riego deficitario (¡deficitario!) para cítricos, concretamente limón variedad fino, necesita, como mínimo, entre 5.600 y 7.500 metros cúbicos por hectárea. Teniendo una concentración de 9 meq/L de calcio (nada raro), estaríamos aplicando al suelo entre 1.000 y 1.400 kg de calcio.

Haciendo números, con nitrato cálcico, a un precio de 0,40 €/kg estándar, nos quitaríamos del bolsillo entre 400  y  560 € por hectárea y año. Nada despreciable, ¿verdad?

Y todo esto, igual con el magnesio.

No todo el monte es orégano con el calcio

Podredumbre en tomate

Cuando parece que podemos llegar a entendernos con el calcio, va y nos pega un tortazo. No todo es tan bonito y no siempre se cumple esta regla.

Aunque es verdad que estamos aportando calcio y magnesio con el agua de riego, este elemento es muy sensible a la presencia de otros elementos, como el magnesio, y siempre da problemas.

Para llevar un plan de abonado correcto, sea el cultivo que sea, la relación entre calcio y magnesio (Ca/Mg) debe ser mínimo de 2 (lo ideal es 5).

Por tanto, siempre que reguemos con una relación Ca/Mg de 2, podremos sustituir casi completamente el aporte de calcio. Luego, eso sí, tendremos que utilizar algunos trucos para movilizar aún más el calcio (como aportar microelementos, jugar con el pH, etc.).

Sin relación Ca/Mg de 2, no vamos a ningún lado

Conseguir esta relación en un agua de riego, no es tan común. Hay veces que el calcio está muy por encima de esta relación de 2 frente al magnesio, lo cual es bueno mientras no pase de 5. Otras veces ocurre todo lo contrario, tenemos una relación Ca/Mg de 1,5 o incluso menos. Por lo tanto, no se cumple nuestra regla.

Si todo esto no fuera poco, aquí os dejamos otras causas que producen una deficiencia de calcio en el cultivo, aunque haya niveles adecuados en el suelo:

  • Alta radiación y tasa fotosintética alta.
  • Regar con conductividad eléctrica (CE) alta.
  • Altas concentraciones de ión amonio (NH4) en lugar de nitrato (NO3).
  • Bajos contenidos de fósforo en suelo.

¿Tienes problemas de blossom, peseta en tus cultivos?

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